domingo, 20 de noviembre de 2011

Y Yo Que Decía Nunca [Prologo]



De pelo largo, demasiado arropada para la tarde que… ni es fría ni es calurosa. Inexistente para los demás inexistente para ella misma, ojos profundos cual pozos mostrando su hondo vacío,  parada allí en la calle sin decir ni hacer nada… sólo estar… “después de todo” piensa, “siempre he estado”.

Nunca fue fácil, ella lo sabe mejor que nadie, nacer entre putas y ladrones no se parece en nada a aquellos carteles de “Familia”. Ríe para sí, “ y pensar que lo más cercano a un padre fue “El Joto” un borracho de procedencia latina que se decía alguna vez había tenido una enorme fortuna…. me la tomé y la cagué toda, mascullaba mientras intentaba ponerse de pie, nunca me gustó ser rico, para qué si esos tipos sólo saben de tener miedo a dormir algún día en la calle.. yo por mi parte duermo aquí con la china con palitos y si no en cualquier rinconcito de la ciudad.  “La china con palitos”, muchas veces habían dicho que ella era hija de ésta por sus parecidos rasgos orientales, claro que ella era japonesa y la otra bueno de china sólo los otorgados por un tipo que en una noche de borrachera se le había tirado a la madre de esta y palitos… bueno demás está decir que era la prostituta más famosa del lugar... “Sí, pensándolo bien creo que ella sería lo que llamaría madre”.  

- Señorita, ese es el bus que estaba esperando.

- Ah, muchas gracias.

La mujer de pelo largo hace un ademán al joven y se sube al bus, busca el número correspondiente, ni muy adelante ni muy atrás, y se sienta hacia el lado del pasillo, y es que nunca le ha gustado viajar al lado de la ventana, no señor ni amarrada al lado de la ventana y adelante no mi Dios muerte segura en un choque y para el lado de atrás jamás mira que aguantar el vaho que sale del retrete, que aunque es sólo para primeras urgencias, no falta aquel que por uno que otro problema de índole estomacal evacua toda la segunda y con mayúsculas… definitivamente en la mitad y por el lado del pasillo. Espera que el joven auxiliar llegue hasta su asiento y le pida el pasaje:

- Terminal?

- No, me bajo antes, pero no se preocupe yo le aviso.

Cuanto había pasado, “ya ha de ser mucho” ,piensa. La mujer saca un papel arrugado de unos de sus bolsillos y observa los garabatos que ella misma había escrito unos minutos antes cuando recibió esa llamada, en el papel se lee TEMO. 

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