lunes, 21 de noviembre de 2011

Decisiones por el bien común [Capítulo 5]



5. ES IRREVERSIBLE

Tuvieron una mañana más tranquila de lo común, hoy no practicaron ninguna coreografía. Asistieron a unos grandes almacenes a inaugurar una nueva marca de productos cosméticos, respondieron a algunas preguntas para una entrevista que saldría en un periódico y antes de la comida les dijeron que les concedían el día libre.
-Chinami: Yeaaaah!
-Momo: ¡Qué suerte! ne?
-Yurina: Ey, ¿no os parece raro que nos dejen descansar sin darnos ninguna explicación? –les preguntó asombrada de la generosidad del equipo de Staff.
-Miya: Rarísimo pero… ¡Aprovechemos la oportunidad! –contestó más feliz que después de un duro día de trabajo.
-Yurina: Haiii! Minna, enjoy!
Maasa sentía como la confesión de Saki le pesaba en su cabeza, era como si una voz interior la empujara a decírselo a las demás. No obstante, su lealtad estaba por encima de los remordimientos. Y Risako, que ya no sospechaba de Saki porque entre ayer por la tarde y hoy la había visto tan contenta como siempre, se mosqueó un poco…
-Risako: Comemos y nos hacemos fotos de Purikura, ¿qué os parece?
-Momo: ¡A mí me apetece jugar a las máquinas de juegos! Yaaai!!
-Yurina: ¡Fantásticas ideas!
-Saki: ¡Démonos prisa! Tengo mucho hambre –habló con mucha tranquilidad a pesar de saber lo que estaba a punto de pasar.
-Todas exclamaron: Haiii!
Comieron sanamente, se tomaron muchas fotos de Purikura –en conjunto, por parejas, individuales y como se les ocurrió -, jugaron a las maquinitas en un salón de ocio, hicieron el tonto un ratito y sobre las seis de la tarde a Saki le llamaron por teléfono.
-Saki: Moshi, moshi?
Era Tsunku y le comunicaba que la reunión iba a tener lugar de inmediato.
-Saki: Hai, enseguida vamos.
Se despidió de ella.
-Saki: Mata ne!
-Miya: ¿Quién era?
-Maasa: ¿Pasa algo?
-Saki: Tsunku-san quiere hablar con vosotras, eh con nosotras –les contó, casi delatándose antes de tiempo.
-Chinami: Uhm…me pregunto qué nos querrá decir…
-Momo: ¡Anuncio de nuevo single! –saltó ilusionada.
-Yurina: Es extraño, nos lo habría dicho personalmente…
-Saki: Vamos y lo sabremos, okey? –finiquitó con sonrisa muy falsa.
Regresaron a Hello! Project y en el mismo pasillo nada más atravesar la puerta de entrada les esperaba Tsunku.
-Tsunku: Esperadme en la sala de reuniones, kudasai –les dijo con cara extrañamente seria.
Las jóvenes acataron el mandato mirándose asustadas y con intriga. Se sentaron alrededor de una alargada mesa en orden de edad: Saki en un extremo, Momo, Chinami y Maasa en un lateral y las demás en frente de estas tres.
-Risako: Tengo miedo.
-Momo: ¡Y yo! Tsunku-san tenía un gesto que espantaba… -añadió con un pucherito de miedo.
-Miya: Tranquilizaros, no será nada malo. Ya lo veréis –habló la tranquilizadora.
-Chinami: Eso, eso –apoyó la frase de Miya –Os asustáis sin saber, ¡sonreíd, chicas!
-Maasa: Le escucharemos atentamente sin interrumpirle, desho?
-Yurina: ¡Como siempre! Jajaja…
El parloteo y la burbuja de dudas se rompieron cuando el señor Tsunku cruzó la puerta de la sala de reuniones. Se acopló en la única silla libre, frente a Saki y al lado de Momo y Risako.
-Tsunku: Señoritas, Shimizu-san tiene algo que deciros.
Todos los miembros se sorprendieron y algunos –Maasa sobre todo porque lo sabía –empezaron a especular en sus mentes.
-Saki: Hace siete años que somos Berryz Koubou, he aprendido muchas cosas a vuestro lado y he disfrutado mucho siendo la capitana. He sido muy feliz pero…
-Miya: Nani? Nani? –preguntó muy nerviosa, antes de saberlo.
-Tsunku: Natsuyaki-san, no interrumpas, kudasai.
-Saki: Yo…he decidido graduarme porque…
-Miya: ¡¿Qué dices?! Bromeas, ¿verdad? –le cortó otra vez.
-Chinami: Kamisama! –exclamó llevándose las manos a la cabeza.
-Risako: ¡No puede ser! ¡Eso es imposible! Iie!
Momo rompió a lloriquear como bebé.
Maasa se mordió la lengua y evitó mirar a los ojos de las demás, sólo su mejor amiga –Yurina –notó ese detalle. Ésta, por su parte se calló sus dudas.
-Tsunku: ¡Silencio! Dejad que termine, okey?
Miyabi no quería oír más, la palabra “graduación” desequilibraba su buen humor. Se puso muy nerviosa y su felicidad se apagó repentinamente, quedándose en un estado de enfado y decepción.
-Saki: Estoy enferma y tengo que tratarme en el extranjero –remató el pretexto que Tsunku le había impuesto –No podría seguir bailando, me dolerían las articulaciones y empeoraría mi estado.
-Risako: ¿Qué clase de enfermedad es ésa? –preguntó con los ojos empañados.
-Miya: ¡No puedes graduarte! ¡Es injusto!
-Momo: Iie! ¡Berryz Koubou no puede quedarse sin Captain! –se negó a aceptar una realidad.
-Yurina: Chicas, ¡está enferma! –les recordó con sensatez improvisada –Por muy doloroso que sea tenemos que apoyarla, ne?
El gallinero de opiniones dispares subió el volumen.
-Tsunku: ¡Basta ya! –les amonestó con dureza –Tenéis dos días para asimilar la noticia. Los fans tienen que saberlo antes de la graduación, que será a final de la semana que viene.
-Maasa: Nani? ¿Tan pronto? –preguntó con los ojos como platos.
-Miya: ¡Ya no me interesa escuchar más! Sayonara! –se despidió muy compungida cerrando la puerta de un manotazo.
-Chinami: Miya…
-Tsunku: Disculpad, os dejo para que habléis con Shimizu-san en calma –dijo despidiéndose del colectivo –Bye bye!
Momo se agazapó a Saki con fuerza. Risako arqueó las cejas y no dijo ni media palabra, casi exactamente lo mismo hizo Chinami. Maasa agarró de la mano a Yurina y salieron al exterior.
-Maasa: Lo sabía, sabía que se graduaría –le confesó, una vez que todo estaba bastante claro.
-Yurina: ¿Antes que nosotras? ¿Cómo es eso posible?
-Maasa: Me lo contó en las vacaciones pero le prometí que no diría nada. Gomen ne, Kumai-chan!
-Yurina –meditando el secreto de Maasa, le contestó: No te disculpes, era una promesa.
-Maasa: Lo que no sé es si debería contarte la verdad o dejarlo así…
-Yurina: ¿La verdad? ¿Qué quieres decir?
-Maasa: Que eso sólo es la versión oficial, Saki me contó sus razones auténticas –aclaró.
-Yurina –asombradísima, insistió: Oooh! Quiero saberlas, no diré nada si ella no nos lo cuenta personalmente.
-Maasa –tomando en cuenta que confiaba plenamente en Yurina, no se negó a explicarle todo el embrollo –De acuerdo, vamos a la calle. Te lo contaré mientras paseamos…
Mientras ellas se fueron por vía libre, muy común en el tipo de amistad que mantenían, en la sala de reuniones permanecían perennes Saki, Risako, Momo y Chinami. La futura graduada les explicó una y mil veces que había desarrollado una enfermedad –no demasiado grave pero tampoco muy leve –que podría complicarse si no se seguía un tratamiento adecuado. Y las jóvenes, erre que erre, bien empeñadas en rebuscar argumentaciones absurdas para que se quedara de una forma u otra.
-Saki: Os lo he explicado muchas veces, tengo que irme por mi salud.
-Risako: Si lo entendemos pero es que…
-Momo: ¡No queremos separarnos de ti, Saki-chan! –completó la oración con lagrimitas honestas.
-Chinami: ¡Ah, se me ocurre una idea! –les animó con su afilado ingenio –Puedes decirle a Tsunku-san que te permita el tiempo que dure el tratamiento y luego regresas recuperada, y mientras tanto Momo haría lo mejor que pudiera el puesto de líder.
-Momo: ¡Fantástica idea, Chii! –saltó cambiándosele el semblante triste.
-Saki: Sería bueno que eso se pudiera hacer pero…no se sabe cuánto tiempo será eso…Sería injusto mantener esperanzados a los fans o incluso a vosotras mismas con un regreso que, quizás, nunca se llegue a dar…
-Risako: ¿Y por qué no? ¡Parece como si quisieras olvidarte de nosotras!
-Saki: Minna, gomen nasai! –se disculpó –Os quiero muchísimo a todas, tenéis que entenderlo, Kudasai!
Las cuatro chicas se abrazaron con mucho cariño.

La cena fue demasiado distante y fría entre algunas, como por ejemplo la actitud de silencio que tomó Miya. Se protegía con una máscara de rencor hacia Saki porque no le había contado nada, y como siempre sabía sus secretos antes que nadie…Eso le dolía verdaderamente.
Se pasaron los dos días decretados sin apenas mirarse a la cara, fue como si Miyabi hubiera dejado de confiar en Saki de un día para otro…Menos mal que las demás, aunque con mucho coraje, fueron capaces de dirigirse a ella y apoyarla más que nunca.
Llegó el día del comunicado para los fans. Solamente era un vídeo de corta duración en el que les exigían sonreír mientras Tsunku anunciaba la graduación de una forma escueta.
A los cinco minutos de ser enviado a la página oficial de Hello! Project le llovieron las quejas de los wotas más acérrimos, que no eran para nada respetuosos hacia Tsunku…Le decían de todo menos un piropo, y no era para menos. Para ellos Saki era muy importante y que se graduara en una semana por un problema de salud que no se explicaba en el vídeo ¡les supuso un ataque contra su fanatismo! Culpaban a Tsunku de haberla obligado a graduarse con alegaciones muy ridículas… El susodicho ignoró todos esos comentarios ofensivos y siguió adelante con el plan pese a defraudar al séquito de fans.

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